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Distintos tipos de panes con semillas |
El pan es un alimento indispensable en la dieta de
la mayor parte de la población mundial. Forma parte de la dieta tradicional
en Europa, Oriente Medio, Inda y
América, donde se elabora desde tiempos inmemoriales.
Sus
ingredientes (harina, agua y sal)
son tan sencillos que lo convierten en asequible a cualquier bolsillo. Esta
mezcla suele contener también levaduras, que hacen que la masa fermente y sea
más esponjosa y tierna.
Durante años,
el pan ha sido sometido a numerosos prejuicios que le han hecho acreedor de una
inmerecida mala fama, y le han
convertido en un producto temido por las personas con tendencia a ganar peso.
Nada más lejos
de la realidad: su valor calórico se sitúa entorno a las 260 calorías por cada 100 gramos, muy por debajo de las 900 que
aporta la misma cantidad de grasa, o de las 700 del alcohol y las 357 que
contienen 100 gramos de carne.
Además de
aportar menos calorías, el pan tiene más ventajas en el control del peso, ya
que se trata de un alimento rico en
hidratos de carbono, que proporcionan mayor efecto saciante y ayudan a retrasar la aparición del apetito.
El componente
más abundante en el pan es el almidón, un hidrato de carbono complejo que
proporciona la energía necesaria para un correcto funcionamiento y desarrollo
de nuestro cuerpo. La grasa está
presente en apenas un 1%, excepto en las variedades comerciales
de pan de molde y pan tostado, donde
el contenido graso oscila entre el 5 y el 15 por ciento.
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Trigo, centeno, avena, cebada, algunos de los cereales con los que se elabora el pan |
Uno de los
principales aspectos en los que radica su interés y gran valía lo constituye su
importante fuente de proteínas, ya
que aporta las procedentes del grano del cereal. Una de las más importantes es
el gluten, que permite convertir la harina en panificable. No obstante, los
celíacos deben tener en cuenta que esta proteína se encuentra en el trigo,
centeno, avena, cebada y triticale (híbrido de trigo y centeno), por lo que
deben evitar el consumo de productos que los contengan.
El pan es importante fuente de vitaminas del grupo B, fósforo, hierro, magnesio y calcio, y junto a legumbres o lácteos su valor nutritivo es similar al de la carne
Si se consume junto a alimentos como las legumbres, o los lácteos, el valor nutritivo
de las proteínas procedentes del pan puede
equipararse a las de la carne, el
pescado o el huevo. Por eso, una interesante combinación son las sopas de
pan con leche, o el pan con queso, por poner algún ejemplo.
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Diferentes presentaciones del pan |
También es una
importante fuente de vitaminas del grupo
B, necesarias para el aprovechamiento de los hidratos de carbono, proteínas
y grasas, entre otras funciones, pero también aporta una interesante cantidad
de fósforo, magnesio, hierro, calcio y
potasio. Y de sodio, si durante
el proceso de elaboración se le añade sal, que mejora la consistencia de la
masa, frena ligeramente la actividad fermentativa y ayuda a dar buen color y
sabor.
Si la harina
utilizada es integral, o si se
mezclan diferentes tipos de cereales con alto
contenido en fibra, el pan se convierte en aliado perfecto para quienes
siguen dietas de adelgazamiento, al
aumentar la sensación de saciedad; pero también para quienes tienen niveles altos de azúcar en sangre y colesterol elevado, puesto que ayuda a
reducirlos; y para las personas con estreñimiento,
puesto que mejora el tránsito intestinal.
Es evidente
que sustituir el pan por otros
componentes en la dieta diaria es un
error, puesto que los hidratos de carbono que aporta contribuyen a equilibrar los porcentajes de grasa, proteínas y glúcidos que se
necesitan diariamente.
Esta receta es
del portal de recetas de Alimerka, que me ha parecido la más ilustrativa y
sencilla de seguir, sin necesidad de amasadoras ni artilugios.
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